martes, 4 de junio de 2013

Un "Cultubrazo" para San Martin

por María Paula Remondegui

 San Martin es uno de esos barrios con identidad, colmado de siestas y calles amplias, de esas que se prestan al picadito o al circo callejero. Cuando supimos que la sala de teatro del Espacio Cultural San Martin había sido arrasada por un incendio no dudamos en llevar nuestro abrazo. Así convocamos para el ese sábado 1 de junio al “Culturazo”, donde los “Truculentos” de Circo Zeta sumarían risas, fascinación y aplausos descontrolados. Otro día de sol radiante para el otoño cordobés, los chicos de Circo en Escena invadieron San Martin cerca del mediodía, narices, malabares y personajes escapando el gris cotidiano recorrieron el Bv. Los Granaderos, mientras los “sanmartinos” salían de sus casas a contagiarse del aire circense. Siesta de picadito con olor a guiso, y se hizo la ronda para compartir los sueños, las identidades y un rico arroz. Las ganas se multiplicaron y empezaron los preparativos de la función de Circo Zeta. La música y el color va llamando a los primeros curiosos, y las gradas poquito a poco se llenan de miradas, voces y sonrisas. Y ahora viene esa parte tan difícil de poner palabras ordenadas a aquello que es pura emoción, a ese caos de sensaciones para él que sólo tengo títulos dispersos y al que no le cabe otra expresión que el clásico “deberías haber estado ahí”. 


martes, 4 de junio de 2013

Un "Cultubrazo" para San Martin

por María Paula Remondegui

 San Martin es uno de esos barrios con identidad, colmado de siestas y calles amplias, de esas que se prestan al picadito o al circo callejero. Cuando supimos que la sala de teatro del Espacio Cultural San Martin había sido arrasada por un incendio no dudamos en llevar nuestro abrazo. Así convocamos para el ese sábado 1 de junio al “Culturazo”, donde los “Truculentos” de Circo Zeta sumarían risas, fascinación y aplausos descontrolados. Otro día de sol radiante para el otoño cordobés, los chicos de Circo en Escena invadieron San Martin cerca del mediodía, narices, malabares y personajes escapando el gris cotidiano recorrieron el Bv. Los Granaderos, mientras los “sanmartinos” salían de sus casas a contagiarse del aire circense. Siesta de picadito con olor a guiso, y se hizo la ronda para compartir los sueños, las identidades y un rico arroz. Las ganas se multiplicaron y empezaron los preparativos de la función de Circo Zeta. La música y el color va llamando a los primeros curiosos, y las gradas poquito a poco se llenan de miradas, voces y sonrisas. Y ahora viene esa parte tan difícil de poner palabras ordenadas a aquello que es pura emoción, a ese caos de sensaciones para él que sólo tengo títulos dispersos y al que no le cabe otra expresión que el clásico “deberías haber estado ahí”.